desde aquel mayo en pausa
donde la lluvia se negaba
a desprenderse de mis pestañas.
No me acuerdo cómo era vivirte,
Sentir tu piel bajo mis dedos
y cumplir cada uno de nuestros sueños,
juntos.
No sé qué paso aquel día:
si fue el miedo disfrazado
de tus labios,
quien disparo la última bala
y acabo con las pocas que ruinas
que quedaban en pie.
No he vuelto a querer
como quise a tu sonrisa,
ni he vuelto a pasear
agarrada de otra mano
que no fuese el recuerdo
de la tuya.
Las balas más letales son esas, las que parecen haberse perdido en su trayectoria, y cuando estás huyendo, te alcanzan por detrás.
ResponderEliminarLa cicatriz sigue ahí, pero algún día no necesitarás la sangre de ese recuerdo. Será sólo eso; una marca en la piel.
Miss Carrousel
"ni he vuelto a pasear
ResponderEliminaragarrada de otra mano
que no fuese el recuerdo"
Hay personas que nos marcan, dejando una huella impresionante en nosotros. Y es difícil gestionar las emociones.
Los recuerdos nos impiden avanzar, conocer a alguien más.
Pero llega un día que todo cambia, y llega.
Y vuelves a escribirle, para contarle, para contarte, que la despedida es definitiva, y ya no hay vuelta atrás.
Has decidido volver a ser feliz, de nuevo.
Me ha gustado mucho,
te sigo.
Un abrazo.
Martina.